¿Cómo cuidar la piel después del verano?

Chica en ña playa aplicando crema en su pierna

Con el fin del verano es muy probable que notes tu piel más deshidratada y opaca; ¿A qué se debe?  La exposición excesiva a factores externos como el sol, la sal o el cloro provoca en nuestra piel los conocidos efectos después del verano que se manifiestan como deshidratación. ¿Quieres saber cómo diagnosticarla, combatirla y cuidar la piel después del verano? ¡Sigue leyendo!

¿Por qué en verano se produce la deshidratación de la piel?

La deshidratación puede afectar a todos los tipos de piel y, normalmente, suele ser una pérdida de agua temporal.

El agua es esencial para una piel sana. En nuestra piel, las reservas de agua se encuentran en la dermis, la capa intermedia de la piel, situada bajo la epidermis, y se desplazan desde el interior hacia el exterior. En la superficie de nuestra piel, la capa más visible conocida como epidermis, encargada del denominado “efecto barrera”, tiene lugar la evaporación de agua de forma natural. Esta evaporación puede verse aumentada debido a agentes externos, como la polución, los factores climáticos o el uso de detergentes agresivos. Precisamente, el aumento de las temperaturas en verano y los efectos del cloro y la sal aumentan esta pérdida de agua de la piel. Es con el efecto de estos factores cuando las reservas de agua descienden por debajo del 10%, cuyo rango normal adecuado oscila entre un 11% y un 15%, provocando la deshidratación.

Deshidratación y sequedad: ¿Son lo mismo?

Debemos aprender a diferenciar entre la sequedad y la deshidratación. La sequedad se presenta debido a la falta de lípidos y requiere una mayor cantidad de sustancias grasas. Por el contrario, la deshidratación es una pérdida de agua temporal que requiere de un tratamiento con productos capaces de captar el agua o evitar que se evapore de nuestro organismo.

¿Cómo saber si tengo la piel deshidratada?

Una piel deshidratada se reconoce por los siguientes síntomas:

  • Sensación de tirantez: puede manifestarse con incomodidad (incluso con picores e irritación) y aspereza al tacto.
  • Falta de elasticidad.
  • Pérdida de luminosidad: visiblemente, la piel está más apagada y con falta de vitalidad. Se marcan más los signos del cansancio.
  • Se marcan más las líneas de expresión y arrugas: los factores climáticos y la pérdida de elasticidad provocan la aparición de arrugas más profundas.
  • Irritación: en algunos casos puede venir acompañada por descamación cutánea.

¿Cómo evitar la deshidratación de la piel?

Evitar la deshidratación de la piel en otoño requiere unas rutinas y cuidados extra que evitarán esa pérdida de agua tempora. ¿Cómo cuidar la piel después del verano?

  • Durante el verano, evita la exposición al sol frecuente y prolongada.
  • Protege tu piel de los factores ambientales como el calor, el frío o el viento.
  • Evita los ambientes muy secos o con aires acondicionados o calefacciones a mucha potencia.
  • Evita el agua calcárea.
  • Limpia la piel a diario y ofrécele una hidratación extra tanto facial como corporal, después de la exposición solar o a la sal y el cloro.
  • Evita el uso de jabones y detergentes agresivos.
  • Bebe agua frecuentemente y consume alimentos que la contengan, como la sandía, la piña, el pepino, el tomate y los espárragos.
  • Consume alimentos con vitaminas (verduras, frutas, cereales integrales, frutos secos, etc) y ácidos grasos (como el aguacate, el aceite de oliva, el pescado azul y el salmón) para aumentar la resistencia de la piel.
  • Adopta una rutina de cuidados con ingredientes naturales y que no agredan la piel del rostro ni del cuerpo.

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