Desde 2024 desde Karicia colaboramos con Proyecto CARUSO, un nuevo proyecto de desarrollo de nuevos dermocosméticos de vanguardia que aprovechen las propiedades del agua termal y las plantas medicinales del territorio POCTEFA (España, Francia y Andorra) para equilibrar la microbiota de la piel. Sin duda, un proyecto que dará valor a los recursos del territorio, creará oportunidad de comercializar cosméticos realmente eficaces y sostenibles, a la vez como creará nuevas oportunidades de empleo y negocio entre las pymes de la zona. Para charlar sobre ello, nos sentamos en nuestro diván del Universo Karicia con Laura Grasa, investigadora principal del proyecto, quien nos resume en qué consiste, cuáles son sus objetivos y el papel de Karicia en este nuevo desarrollo.
¿Antes de nada, puedes resumirnos qué es el proyecto CARUSO POCTEFA?
¡Claro! El proyecto CARUSO es una iniciativa transfronteriza. Imagina una red donde universidades como la de Zaragoza y Pau, centros de investigación como el CITA, empresas innovadoras como Karicia y balnearios franceses y españoles unimos fuerzas. ¿Nuestro objetivo? Revalorizar los tesoros naturales de la zona POCTEFA –esa maravillosa región entre España, Francia y Andorra– para desarrollar dermocosméticos de vanguardia, más sostenibles y que, además, impulsen la economía y el bienestar social de este territorio. Es, en esencia, conectar la ciencia con las necesidades y oportunidades locales para crear valor.
¿Cuál es el objetivo principal de este proyecto y por qué nace?
El objetivo principal es muy claro: queremos transferir el conocimiento científico que generamos sobre los recursos naturales del POCTEFA –como las aguas termales y las plantas aromáticas y medicinales– directamente a las empresas locales. Buscamos que este conocimiento se traduzca en el desarrollo de cosméticos ecológicos y sostenibles, que no solo cuiden nuestra piel y beneficien su microbiota, sino que también dinamicen la economía del territorio POCTEFA.
El proyecto nace de la necesidad y la oportunidad de aprovechar de forma innovadora y sostenible la riqueza natural de esta zona, creando productos con un alto valor añadido que respondan a la creciente demanda de cosmética natural, efectiva y respetuosa con el medio ambiente y con nuestra propia piel.
¿Cómo entra Karicia a formar parte de CARUSO?
Karicia es un socio fundamental en CARUSO. Su filosofía de apostar por la cosmética natural, ecológica y de alta calidad, así como su compromiso con la sostenibilidad y el territorio, encajaban perfectamente con los objetivos del proyecto. Desde el inicio, vimos en Karicia no solo una empresa con una trayectoria consolidada, sino también con una visión innovadora y una gran capacidad para transformar la investigación en productos que lleguen al consumidor. Su experiencia y conocimiento del mercado cosmético son vitales para el éxito de CARUSO, y su participación activa desde la concepción del proyecto ha sido clave.
¿Qué papel juegan las aguas termales y las plantas aromáticas y medicinales del territorio POCTEFA en el desarrollo de los futuros dermocosméticos del proyecto CARUSO?
Son, literalmente, ¡la materia prima de la innovación! Las aguas termales del POCTEFA son conocidas por sus propiedades mineromedicinales y queremos explorar cómo estas propiedades pueden traducirse en beneficios directos para la piel, especialmente para su equilibrio y microbiota. Por otro lado, las plantas aromáticas y medicinales de la región, como el romero, la melisa, la jara, son una fuente riquísima de compuestos bioactivos con potencial antioxidante, calmante, regenerador, antimicrobiano, etc.
En CARUSO, investigaremos a fondo estos recursos para identificar sus componentes más interesantes, optimizar sus métodos de extracción de forma sostenible y, finalmente, incorporarlos en formulaciones dermocosméticas que sean realmente efectivas, seguras y únicas.
¿Qué diferenciará a los dermocosméticos desarrollados en el marco de CARUSO de otros productos del mercado que también se basan en ingredientes naturales similares?
¡Esa es una pregunta clave, y me encanta que me la hagas! Mira, yo diría que lo que va a hacer especiales a los dermocosméticos de CARUSO se basa en varias cosas importantes:
Para empezar, el rigor científico. No nos vale con que algo sea «natural» y ya está. Cada ingrediente, cada prototipo que desarrollemos, lo vamos a estudiar a fondo, a analizar con lupa para estar seguros de que funciona, de que es seguro, y muy importante, de cómo actúa sobre la microbiota de la piel. Queremos que sea «natural, sí, pero con toda la ciencia detrás que lo demuestre».
Luego, y esto es algo que nos entusiasma mucho, es el foco en la microbiota de la piel. Hoy sabemos que tener una microbiota sana es fundamental para que nuestra piel esté bien, para que luzca bonita. Así que estamos trabajando para que nuestros productos la cuiden, la respeten e incluso ayuden a que esté en equilibrio. Esto no es algo que todos los cosméticos naturales tengan tan en cuenta.
Otro punto clave es el «sello POCTEFA», por así decirlo. No se trata solo de usar ingredientes de aquí, sino de que los productos realmente transmitan esa esencia, que cuenten una historia de origen, que tengan esa «alma local» que los haga únicos y conecten con el consumidor de una forma diferente.
Además, la sostenibilidad no es una opción, es una obligación para nosotros. Y no solo en los ingredientes, sino en todo: desde cómo obtenemos las plantas o el agua termal, hasta cómo formulamos y producimos, buscando siempre el menor impacto y el mayor respeto por el entorno. Queremos que sea una sostenibilidad de verdad, de principio a fin.
¿Cómo se garantiza que estos productos serán no solo eficaces, sino también sostenibles, desde su formulación hasta su producción?
Para la eficacia, nos apoyamos totalmente en la ciencia. No es decir «esto funciona» y ya. Hacemos un montón de pruebas en el laboratorio, lo que llamamos estudios in vitro, para ver qué extractos son los mejores, cómo combinarlos… Y luego, tenemos que demostrar que los cosméticos que desarrollemos realmente aporten beneficios a la piel, sobre todo pensando en cómo cuidan nuestra microbiota y otros aspectos de la salud de la piel.
Y en cuanto a la sostenibilidad, desde el primer momento pensamos en:
- De dónde sacamos los recursos: queremos usar plantas de aquí, de la zona, que se recojan de forma sostenible o que sean de cultivo ecológico, para no dañar nuestros ecosistemas.
- Cómo los procesamos: buscamos métodos de extracción y formulación que sean lo más «verdes» posible, que no gasten mucha energía ni generen muchos residuos.
- Y por supuesto en el producto final: pensamos en los envases, que sean lo más ecológicos posible, y si podemos, ¡en fomentar la economía circular!
¿Qué papel tienen las empresas cosméticas participantes, como Karicia, en la transformación del conocimiento científico en productos reales para el consumidor final?
¡El papel de empresas como Karicia es absolutamente fundamental! Sois como el puente que conecta lo que descubrimos en el laboratorio con las necesidades de la gente. Pensad que vosotros aportáis el conocimiento del mercado: sabéis qué quiere la gente, qué texturas le gustan, qué le preocupa de su piel…
También aportáis la experiencia en la formulación de cosméticos, tenéis la experiencia para tomar un extracto que en el laboratorio parece prometedor y convertirlo en una crema o un sérum que sea seguro, que dure, que sea agradable de usar y que huela bien. ¡Eso es un arte!
Tenéis la capacidad de comercializar, pudiendo hacer que esos productos lleguen a mucha gente, no que se queden en una muestra de laboratorio.
Y nos dais un baño de realidad, que siempre viene bien. Nos decís, ‘oye, esto es muy interesante, pero igual no es práctico para un producto final’, y eso nos ayuda a enfocar mucho mejor la investigación.
Sinceramente, sin vosotros, muchos avances científicos se quedarían en un cajón o en una publicación. Sois quienes hacéis que esa ciencia se convierta en algo real, en un beneficio tangible para las personas.
Otro de los objetivos clave de CARUSO es la transferencia del conocimiento científico a empresas locales. ¿Cómo se está llevando a cabo esta colaboración entre centros de investigación y pymes?
Esta colaboración es el corazón de CARUSO y se materializa de varias formas:
- En la participación activa en el proyecto: Las pymes, como Karicia, no son receptoras pasivas de información, sino que participan desde el diseño de los estudios, la selección de recursos a investigar, la definición de las características de los prototipos y la validación de los resultados.
- Talleres y jornadas de trabajo conjuntas: Organizamos encuentros periódicos donde investigadores y empresarios compartimos avances, discutimos retos y co-creamos soluciones.
- Buscamos una transferencia bidireccional y continua, donde el conocimiento fluya en ambos sentidos para enriquecer tanto la investigación como la innovación empresarial.
¿Qué impacto se espera que tenga CARUSO en el futuro?
Esperamos que CARUSO deje una huella significativa y duradera. A corto y medio plazo, el impacto más visible será la creación de nuevos dermocosméticos innovadores y sostenibles con identidad POCTEFA, que esperamos que Karicia pueda lanzar al mercado. Esto, a su vez, debería impulsar la competitividad de las empresas locales y generar nuevas oportunidades de negocio y empleo cualificado en la región.
A más largo plazo, aspiramos a fortalecer el tejido socioeconómico del territorio POCTEFA, diversificando su economía y apostando por sectores de alto valor añadido como la cosmética natural y el turismo de salud y bienestar.
También aspiramos a consolidar una red de colaboración transfronteriza entre investigación y empresa que perdure más allá del proyecto, creando un ecosistema de innovación. Y, por supuesto, contribuir a ofrecer a los consumidores productos que no solo cuiden su piel de forma eficaz y respetuosa, sino que también cuenten una historia de ciencia, naturaleza, sostenibilidad y compromiso local. En definitiva, que el proyecto CARUSO sea un motor de cambio positivo para la región y un ejemplo de cómo la colaboración puede generar grandes resultados.

